Antes de que Lalaume Barnes se llamara Holly Golightly, era una chica de trece años que se había fugado de sus padres adoptivos para ir a vivir con un viudo mayor que ella. Una niña que junto a su hermano Fred iban a robar leche y huevos de pava. Pero Lalaume Barnes quiso ser Holly Golightly, la dulce muchacha que a pesar de haber desistido de ser una verdadera actriz de Hollywood logró estar rodeada de pretendientes millonarios y del glamour que tanto le atraía. Nos referimos a la novela de Truman Capote, Desayuno en Tiffany’s, que fue llevada al cine y protagonizada por la bella Audrey Hepburn. De una de las imágenes de este filme salió la portada para la edición en español del libro. Aquí vemos Hepburn (Holly Golightly) con el encanto que el propio narrador también nos intenta traslucir: los guantes negros, el collar de perlas y sobre todo el rostro dulce de una muchacha ingenua, singular, que ha tenido once amantes (sin contar los que tuvo antes de los trece, como dice la propia Holly), y que habla de libros por las películas que ha visto sobre estos. La idea de la Editorial Sudamericana para poner esa imagen de la película en la novela es muy acertada, si juzgamos por las carátulas de otras editoriales. Pero no nos engañemos. Este es quizá uno de los pocos casos en que la figura de una protagonista se parece tanto (al menos para mí) a la figura plasmada en la novela. Desayuno en Tiffany’s, aparecida en 1950, es paralela a la aparición de Hepburn como actriz; parecería que mientras Capote creaba a su Holly una Audrey también se estaba creando simultáneamente, dando sus primeros pasos en el mundo del cine. De todas maneras, la postura de Sudamericana es contraria a la de Anagrama, pues prefiere una imagen menos directa con la película, aunque intenta mantener la esencia de glamour. Aquí vemos a una mujer con un vestido rojo y pintándose los labios también del mismo color, el collar y el arete, pero sin mostrar el rostro completo de la mujer. Dicha imagen me hace acordar la escena en que Holly, antes de leer la carta de un pretendiente que opta por abandonarla, decide pintarse los labios, colorearse las mejillas, adornarse las orejas con perlas y ponerse gafas oscuras. “Para leer esta clase de cartas”, le dice al narrador, “hay que llevar los labios pintados”. Poco atinada es una edición norteamericana de Penguin Books Ltd, en donde aparece una mujer de pie, apoyada y posando para la foto, enfundada en negro y con el cabello algo suelto, vestida más para el velorio de alguien y que en vez de Holly se parece más a una de las amigas de esta, quizá la tartamuda Mag Wildwood. Dentro de las carátulas simples, mejor quedarse con esta edición argentina, donde a pesar de ver a una Holly en miniatura, podemos apreciarla con su gato, el felino que la vemos en la novela siempre en sus brazos y que incluso tendrá algo de protagonismo al final de la novela.
QUARK
Desayuno en Tiffany's
9/20/2005 | Publicadas por neverlandiano a la/s 3:33 p. m.
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10 comentarios:
me gusta audrey hepburn pero no esta carátula porque es limitante. Me encanta la película, me encanta el libro, pero por separado, como dos cosas completamente distintas; mezclarlas en esta carátula es ser injustos con el libro y con la película.
LUDO
No te falta razón, Ludo, pero con tal de tener a Audrey Hepburn en una carátula todo vale... yo la pondría ilustrando incluso el libro "Coquito".
TYSOn
Creo que es la mejor carátula de Desayuno en Tiffany's publicada, aún sea una imagen del filme y sea algo osada. La de Anagrama no me gusta, aunque pueda cumplir los requisitos de no mostrar a la protagonista, de enfocar más los accesorios que el propio rostro.
Quark
si pensamos como electores peruanos, claro, "lo malo conocido" es lo que nos queda. Audrey Hepburn es una actriz que intenta - y mal - ser una granjera, y Holly es una granjera que intenta - mal, pero mejor porque enternece - ser una mujer glamorosa. ¿Qué les parece hacer una serie sobre carátulas con imágenes de películas?
LUDO
Qué fea la carátula argentina, la que más me gusta es la de anagrama porque esquiva el obstáculo principal - la cara de ella - y opta por los accesorios, como dice Quark, pero sobre todo por la transformación del personaje - que parece un alter ego de Capote al llegar a las fiestas de Nueva York.
LUDO
No lo sé, Ludo... a mí me gusta más Audrey Hepburn que Capote... creo que es más femenina... no sé, son mis gustos... aunque también respeto los tuyos eh...
En fin, tolerancia.
Fuerza, Ludo.
Page
No hablemos de gustos, Page, porque sale perdiendo Quark
ludo
Cierto; pero con ese no hay tolerancia que valga.
Page
A mí, Ludo, me gustan muchísimo el obstáculo principal (que es un placer) Audrey Hepburn. Estoy de acuerdo con Tyson, hasta en un libro de Coquito saldría ganando la bella dama... ya parezco Page.
Quark
A mi de gustarme me gusta, aunque no me deja de penar la rabieta que le dio a Truman saber que no Holly no quedaría en manos de Marilyn, su predilecta, sino en alguien mucho más elegante, pero bastante menos frágil que la ambición rubia. Gran blog.
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