Pájaro que da cuerda

Podríamos resumir Crónica del pájaro que da cuerda al mundo como lo hace Jeff Giles en Newsweek: una gran historia sobre el amor, el dolor, la guerra, la realidad y la historia. Esta carátula, que en inglés lleva el nombre de The Wind-up Bird Chronicle, fue publicada bajo la edición de The Harvill Press. De todas las carátulas es la que más me atrae, quizá por el efecto visual. Aquí Tooru Okada parece estar en el fondo de ese pozo que el señor Honda, un ex cabo japonés que tiene poderes psíquicos, alguna vez le recomienda ir: cuando debas ir al fondo, busca el pozo más profundo. Pues esa es la escena que parece proponer The Harvill Press: el instante en el que Tooru Okada cree que va a morir cuando, de un momento a otro, aquel pozo que estuvo seco por años comienza a drenar agua. Pero la imagen también puede extenderse a una más amplia y alegórica: el estado atormentado de Okada debido a los extraños episodios que tiene que enfrentar luego de la huida de su gato Noboru Wataya, de la llamada de una mujer desconocida y de la desaparición de su esposa. Okada mira desde el fondo del pozo hacia arriba, como buscando la luz, la salida a esa especie de pesadilla en la que se ve envuelto. Siguiendo esta misma línea, pero más exagerada, es la que propone esta edición de Vintage: aquí Okada parece estar en el centro de un tornado, sacudido por fuertes vientos; es más, su cuerpo da la impresión de estar desintegrándose, lo que en una interpretación metafísica podría ser considerable. Es una portada efectista, pero cuyos grises opacan muchísimo la imagen. Dentro de las portadas más recientes y clásicas, se advierte que la apuesta es menos creativa y más directa: la imagen del pájaro que Okada suele mirar desde su casa. La misma propuesta pero más sugestiva es quizá esta, en la que el pájaro nos mira con ese ojo curioso y alerta. Además, si nos damos cuenta, el título forma un círculo alrededor de aquel, por lo que nos deja la imagen de un ojo-reloj, ese pájaro que precisamente da cuerda al mundo. La carátula de la edición en español, a cargo de la editorial Tusquets (mi editorial favorita en cuanto a formato, aunque no lo sepan aprovechar casi nunca), es más abstracta, menos referencial. Una máscara que podríamos tomar como la nueva careta de Okada en su proceso existencial. Ahora, si ninguna de estas portadas lo convence, puede escoger una más sencilla, limpia y minimalista. Al fin y al cabo, el libro no tiene pierde.



QUARK

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Quark: está bacanazo el post, pero no puedo entender cómo es posibloe que prefieras esa carátula entre todas las que has mostrado. A mí me parece no solo estridente, casi un calambre al ojo, sino que además parece hecha en base a una idea de sensación onírica, casi una realidad psicodélica producto de un acid-trip de la novela, que a pesar de que aún no la he leído, no parece tener nada que ver con ella. En realidad, parece una imagen tomada de esas escenas precarias de las series antiguas -acuérdate del chavo- en las que electrocutan a un sujeto y de pronto se alternan su cara de dolor y su calavera tostada.
La de Tusquets es la mejor, ni hablar.

PAGE

Anónimo dijo...

Como decía, querido Page, el agua es parte fundamental en el libro, un elemento importante para la alegoría de la novela. Y, para serte sincero, tiene una sensación onírica en casi todo el texto. De hecho, los sueños parecen mezclarse con la realidad. También me parece ver a Okada en esa escena en la que se mete al pozo a reflexionar, y de pronto se encuentra atrapado porque comienza a brotar agua de un momento a otro. No digo que me parezca la mejor carátula, solo que me gusta más y cuya propuesta tiene algo de sentido.

QUARK

Anónimo dijo...

A mi me gusto mas la del zoom al ojo del pájaro, me pareció mas sugestiva, como asi lo afirmas, porque al principio uno puede pensar que es una pincelada de colores, y luego de un rato de observala te das cuenta que es el ojo de un pájaro. Muy sutil.

Carolina

Anónimo dijo...

Hola!acabo de descubrir esta pagina y me parece muy bueno el analisis que se plantea teniendo en cuenta tanto al texto en sí como a la portada del mismo.
Este libro, tan bizzarro y surrealista por momentos no necesitaria de una portada, como dice el autor no tiene desperdicios.
Si tuviera que elegir elegiría la más sencilla ya que el libro en sí plantea la profundidad y cada uno le da la importancia a cada situdación, a cada personaje, a cada parte de la historia.
Exelente!
Saludos,
Ta

Anónimo dijo...

Las novelas de Murakami son como esos caramelos de goma con forma de cocacola. Mientras que te los estás comiendo piensas "¡uhmm, qué ricos!" y no puedes parar. Pero cuando te has terminado la bolsa te empieza a doler la tripita y tus pensamientos son otros bien distintos: "¡de que cojones estarán hechas esas cosas!".

No pasa nada, al cabo de un par de semanas ya te vuelven a apetecer otra vez.
Para saber algo más acerca de Murakami:
www.lacoctelera.com/el_clavadista_solitario
¿Es Murakami un bluff?