La increíble y triste historia de un libro de cuentos y sus pésimas carátulas (II): Las naranjas


En la edición de Debolsillo sí aparecen dos naranjas (además de un pajarraco volador amarrado de la pata que podría estar simbolizando a Eréndira, y tiene todo el aire caribeño-tropicalón que siempre asociamos con García Márquez). Extrañamente, parecen dos naranjas comunes y corrientes. Recordemos que en el cuento citado, los diamantes crecen naturalmente en el corazón de las naranjas como si fueran pepitas. Este detalle mágico suele impresionar mucho a los lectores de García Márquez; digamos que, al igual que la levitación del cura y la ascensión a los cielos de Remedios la bella, forma parte del mainstream realmaravilloso, esa presencia macondina superficial que todos llevamos dentro. Se nota que la intención de los editores ha sido explotar ese costado fértil con la inclusión de las naranjas, pero entonces ¿por qué escoger dos naranjas comunes y corrientes, y no dos naranjas con diamantes? La respuesta está en la imagen: si miramos más de cerca, ¿es posible que estas dos naranjas sí contengan diamantes? Nadie podría negarlo. El cuadro del título las cubre parcialmente. Quizá cada una tenga un diamante escondido. Y sin embargo, en Basta de carátulas no podemos vivir de eso.

LUDO

4 comentarios:

nacho dijo...

Muy recomendable su blog.
Saludos.

humphreybloggart.blogspot.com

paula p dijo...

ah, che, pero justamente para no revelar la gema la parte de las semillas esta tapada con el titulo

neverlandiano dijo...

Sí eso parece ... es demasiado gracioso

Palimp dijo...

En la edición de Mondadori:

http://www.latinosport.com/libreriaAdmin/images/176.jpg

Se ve el cuadro 'completo' sin que se tape la naranja. Está pequeña la imagen, pero no parece que haya ningún diamante.